El abrumador éxito del live-action de Lilo & Stitch confirma lo que Hollywood ya sabía: la nostalgia vende más que las nuevas ideas

¿Lilo y Stitch será el nuevo éxito para los remakes live-action de Disney? ¿Superará la barrera de los mil millones de dólares? ¿Dara pie a una nueva ola de mercancía? O incluso, ¿es solo el inicio de una futura franquicia? Todas estas dudas surgen a partir de dos temas ya conocidos, pero que valen la pena analizar: la nostalgia y los números de taquilla.

Para sorpresa de muy pocos, el «tierno y esponjoso» experimento 626 tuvo una buena recepción en las salas de cine de todo el mundo. En su fin de semana de estreno ha recaudado poco más de 341 millones de dólares. Si hacemos una comparativa, este filme acumuló en tres días casi la misma marca que Thunderbolts* y superó con creces a Blancanieves.

Respecto al tema si superará los mil millones de dólares y se hará de un lugar junto a otros live-action como Aladdíny El Rey León, aún no lo sabemos, pero apunta para seguir ese mismo camino. En primera porque no tiene competencia alguna que lleve a las masas al cine. De hecho se estrenó a la par de la última entrega de Misión: Imposible, aunque el thriller de acción de Tom Cruise parece ir más dirigido a los fanáticos que al público en general.

En cuanto a la ola de mercancía, ya ni le movemos. Simplemente hay que remontarnos a la venta de palomeras por parte de cadenas como Cinepolis y Cinemex. Sumado a ello, solo es cuestión de esperar a que veamos nuevamente playeras, gorras y peluches con el rostro del entrañable alienígena hasta en los tianguis. Tras una campaña de marketing tan agresiva durante meses, resulta evidente que las tiendas se inunden de esta figura azul.

hora sí, vamos de lleno a lo que nos confiere: la nostalgia contra las ideas originales. A estas alturas no es de sorprender que Disney va a la segura con sus producciones. Prefieren apostar por una historia ya conocida, y aclamada, en lugar de arriesgarse por una trama que les cause pérdidas millonarias. Incluso, podemos mencionar lo que la propia audiencia está dispuesta a ver. Por ejemplo, cuando Raya y el último dragón de 2021 quedó por debajo de las expectativas.

Y claro, dicho filme se enfrentó a un panorama complicado por la pandemia del COVID, lo que orilló a la compañía a estrenarla simultáneamente en cines y en streaming con la modalidad Premiere Access. Sin embargo, los números de asistencia no le favorecieron del todo y quedó como una cinta de Disney más del montón. Así, comparada con Lilo y Stitch, se ve claramente la tendencia de lo que el público está dispuesto a ver, y lo que la productora está dispuesta a entregar.

Tal como apuntan en Collider: «cuanto más se ha extendido la avalancha de remakes de Disney, más difícil se ha vuelto justificar su existencia más allá de ‘ganar dinero’«. Sumado a ello, también podemos hacer mención de lo dicho por ScreenRant donde catalogan como dispares estas producciones. Lo anterior dado que algunas producciones resultan flojas y muy poco relevantes, mientras otras logran cautivar igual que la original, como el caso de Lilo y Stitch.

En 2002 Stitch llegó como un parteaguas para Disney al posicionarse como uno de los personajes más rentables de la década. Más de 20 años después esta misma criatura busca salvar a la compañía de sus propios fracasos. Y al parecer, el público está a favor de esto. Podemos resumir todo lo anterior con la reflexión de Vulture: «este remake no se siente como una película independiente, sino más bien como un intento fallido de rehacer un milagro».

Nota tomada de: Xataka México