De acuerdo con economistas, la medida, más política que económica, tendrá dos vertientes: los connacionales harán un esfuerzo para pagar el impuesto u optarán por usar medios de envío informales para que sus familias no se vean afectadas. Foto Luis Castillo / Archivo
El flujo de remesas que llegan a México desde Estados Unidos disminuirá marginalmente con el impuesto que fue aprobado esta madrugada por la Cámara de Representantes, afirmaron especialistas del sector financiero.
De acuerdo con economistas, la medida, más política que económica, tendrá dos vertientes: los connacionales harán un esfuerzo para pagar el impuesto u optarán por usar medios de envío informales para que sus familias no se vean afectadas.
Esta madrugada, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría republicana, aprobó el proyecto de ley presupuestaria impulsado por el presidente Donald Trump, en el que se incluye un impuesto a las remesas de 3.5 por ciento.
La propuesta original fue presentada el lunes 12 de mayo por un grupo de Congresistas republicanos, como parte de un paquete de disposiciones fiscales. El primer documento contemplaba un impuesto de 5 por ciento a las remesas.
“Pueden suceder varias cosas: la primera es que a los connacionales no les importe el impuesto y lo terminen pagando. El hecho de que se haya reducido un poco es algo positivo y la remesa la podrían enviar como siempre lo han hecho. Algunos migrantes no documentados lo van a seguir haciendo así, terminarían pagando.
“Pero va a haber otros que pueden utilizar otros medios: o utilizan a algún familiar para enviar recursos, o los mexicanos abren una cuenta bancaria en Estados Unidos, y, por último, que se opte por medios informales para hacerlo”, dijo en entrevista James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco.
Al recalcar que el impuesto, que todavía falta que se apruebe en el Senado de Estados Unidos “genera estos incentivos”, Salazar apuntó que el envío de remesas a México “va a seguir, es algo que no se puede parar a menos que caiga por temas económicos, como el empleo”.
“Pero si no ocurre eso, el flujo se mantendrá, lo único es que la contabilidad no sería del todo adecuada. Es decir, no se podría contabilizar la remesa completa porque se manda con un familiar o por un medio alternativo o incluso ilegal, entonces, seguramente en las cifras de remesas a México, eventualmente, vamos a ver bajas”, destacó el economista de CIBanco.
Impuesto: injusto y regresivo
De acuerdo con el área de estudios económicos de BBVA México, el impuesto no solo es “injusto, regresivo y contrario a los compromisos internacionales, al elevar cuatro veces el costo de hacer transferencias”, sino que también incentiva el uso de canales informales no legales para hacer el envío.
Los economistas de BBVA mencionaron que el impacto de esta medida para México sería por alrededor de mil 563 millones de dólares por año, pero el impuesto “afectaría a un mercado eficiente, competitivo, formal y legal para el envío transfronterizo de dinero y generar las bases para el crecimiento de un mercado informal no regulado”.
Movimiento político, no económico
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, refirió que el impuesto es más una jugada “política y no económica”, toda vez que la recaudación por el gravamen a las remesas representará menos de 0.1 por ciento de los ingresos anuales de Estados Unidos.
“La medida sí afecta el flujo de remesas porque los migrantes no son millonarios, puede que vayan a depositar un poco más para absorber el gasto. Se estimaba que este año las remesas a México crecerían 3 por ciento, con la medida pasará a un crecimiento de 1 o 2 por ciento.
“Si el peso se aprecia frente al dólar eso afectará más a las remesas, pero en Estados Unidos van a recaudar muy poco por ese impuesto, entonces, a todas luces, esto es algo político y no económico”, argumentó Siller en entrevista.
Nota tomada de: La Jornada