Así se advierte en las estaciones ubicadas en el parque Flor del Bosque, el fraccionamiento Haras del Bosque y la unidad habitacional La Guadalupana. / Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla
Usuarios lamentan que no haya pasos peatonales, banquetas y deban sortear vehículos que circulan a alta velocidad en el Periférico Ecológico
Poco accesibles y peligrosos es como los ciudadanos catalogan algunos de los paraderos de la Línea 4 de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), también conocida como Línea Metropolitana, ubicados al norte de la ciudad. Una de las principales problemáticas es que se encuentran ubicados a más de un kilómetro de distancia de fraccionamientos y áreas habitacionales.
También carecen de infraestructura vial como banquetas y zonas de cruce seguras, obligando a los usuarios a atravesar vías de alto tráfico sin señalización adecuada, exponiéndose a los peligros del tránsito vehicular.
Se trata de las estaciones ubicadas en el parque Flor del Bosque, el fraccionamiento Haras del Bosque y la unidad habitacional La Guadalupana.
Cruzarse a lo valiente, la única opción
Los paraderos ubicados en el acceso principal al parque Flor del Bosque, en el Periférico, representan puntos de alto riesgo para los usuarios que están obligados a cruzar esta vialidad para acceder al fraccionamiento del mismo nombre o tomar la Línea hacia otros destinos.
El problema es la falta de infraestructura para un cruce seguro. No existen pasos peatonales ni semáforos que regulen el tránsito en la zona, lo que obliga a los transeúntes a arriesgarse al cruzar de un paradero a otro en una vialidad fluida y de alto tráfico.
Tal es el caso de Alejandro, un joven de 23 años. Son poco más de las 8:00 horas. El flujo vehicular en el Periférico es constante, son escasos los intervalos donde no circulan automóviles. Con mochila al hombro, Alejandro busca cruzar la vialidad para llegar a su centro de trabajo en el Parque Flor del Bosque.
/ Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla
En más de dos ocasiones simula movimientos para atravesar la vialidad, pero no lo hace pues los coches aceleran la velocidad e impiden que cruce. La calle parece despejada, los camiones de carga se ven a lo lejos y el hombre aprovecha para cruzar lo más rápido posible.
El joven logra el primer cruce. Espera otros cinco minutos para correr una vez más y llegar al otro lado. La actividad de alto riesgo la reproduce todos los días, pues, dice, es la única forma de llegar a su destino. “Es peligroso, pero no hay de otra”.
El joven originario de Tepatlaxco de Hidalgo pensó que con la llegada del sistema de transporte se colocarían cruces peatonales o semaforización en la zona para tener un paso seguro, pero esto no pasó.
“Cuando vi que estaban construyendo las terminales pensé que igual y ponían topes o semáforos para poder cruzar de forma segura y no estar corriendo, pero pues nada más no vi nada”, dijo.
Actualmente se traslada en autobús y posteriormente en un taxi pirata, popularmente conocido como “colectivo”, para poder llegar a su centro laboral. Con la Línea Metropolitana dejará de usar el colectivo, ya que las unidades lo pueden trasladar hasta su trabajo.
No obstante, dijo que va a seguir arriesgándose en el cruce peligroso, pues es la única forma de llegar a su trabajo.
Aunque una de las estaciones se ubica frente al conjunto habitacional Flor del Bosque, lo que permite un acceso más rápido para los residentes, en la obra no se incluyó la creación de guarniciones ni espacios delimitados para que los peatones se desplacen con seguridad.
/ Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla
Miguel y Nancy, una pareja que vive en dicha zona, coincidieron en que la obra únicamente contempló la construcción del paradero, pero el resto de la vialidad fue olvidado ya que no hay banqueta ni un sendero delimitado para caminar con seguridad.
“Aquí estamos olvidados, no se puede caminar de forma segura, nos tenemos que arriesgar todos los días porque no hay de otra. Hay personas con niños, en bicicleta, señoras, todos por igual nos arriesgamos”, comentó.
Trayectos largos y sin infraestructura
Lucero es una trabajadora del hogar en el fraccionamiento Haras del Bosque. Tres veces por semana viaja desde su vivienda en Amozoc a su centro laboral, un trayecto de aproximadamente 40 minutos. Sin transporte laboral o automóvil particular, la mujer utiliza autobús y taxi irregular, conocido popularmente como “colectivo”, para poder trabajar. Esto debido a que, hasta ahora, es la única forma de desplazamiento.
Por si fuera poco, todavía tiene que caminar aproximadamente un kilómetro y medio para llegar al domicilio en donde trabaja ya que el auto la deja en la vialidad del Periférico. La mujer, que tiene problemas en la rodilla, debe enfrentarse a las inclemencias ya que a lo largo del camino no hay algún elemento que la proteja del sol o la lluvia. También al deterioro físico pues el camino es una pendiente, por lo que el ascender representa un problema para ella.
La mayoría de personas dedicadas a servicios del hogar se enfrenta a este panorama, quienes se dedican a la construcción, jardinería u otras actividades del hogar se ven obligados a caminar por más de 25 minutos para llegar a sus destinos.
La trabajadora del hogar dijo que destina alrededor de 100 pesos diarios para cubrir sus pasajes. Insistió en que es la única forma de trasladarse de su casa a su centro laboral y, además de representar un gasto económico, también representa un desgaste físico previo al arranque de su jornada.
Todo eso era hasta antes de la puesta en marcha de la Línea 4 del sistema de Metrobús. Ahora se ha visto beneficiada porque se ahorra dos pasajes diarios.
/ Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla
Sin embargo, su caminata diaria continuará, ya que el único paradero que se construyó es en donde actualmente el taxi pirata la deja, es decir, a pie de carretera del Periférico.
“Desde que lo pusieron supe que no me iba a ahorrar la caminada, ni modo, voy a tener que seguir caminando a paso lento para poder llegar, aunque la rodilla se lastime más, ni modo. Hubiera estado bien que el camión subiera y aunque sea nos acercara”, expuso.
Hizo énfasis en que las autoridades tuvieron que considerar las opiniones de las personas que trabajan en la zona para determinar la colocación de los paraderos de autobuses. Explicó que, a pesar de que es un fraccionamiento de personas con un poder adquisitivo alto y que no tienen la necesidad de utilizar transporte público, hay otro sector que necesita un desplazamiento más seguro y accesible.
Estación Guadalupe, otro caso
Los residentes de la unidad habitacional La Guadalupana se enfrentan a la misma situación. Para poder abordar las unidades de la Línea 4 del RUTA tienen que desplazarse alrededor de un kilómetro para poder acceder a la vialidad principal, en donde se ubica el paradero.
A decir de algunos vecinos, no ven con desagrado tener que caminar por más de 10 minutos para llegar al paradero del metrobús, esto debido a que cotidianamente lo hacen, por lo que no afecta su rutina.
Mientras que las personas del fraccionamiento Puerta del Sol que quieran usar la línea tendrán que cruzar el Periférico a la mala, arriesgando su vida ya que, al igual que los casos anteriores, no hay cruces peatonales o semáforos que permitan un desplazamiento menos riesgoso.
Nota tomada de: El Sol de Puebla