The Who rectifica y readmite a Zak Starkey en la banda

Pete Townshend, abrazado a Zak Starkey.Twitter The Who En un comunicado, en la que el batería aparece junto a Pete Townshend, la banda dice que ha habido “problemas de comunicación, personales y privados, con los que ha habido que lidiar” “Come on, tell me, who are you, you, you?”. La expulsión de Zak Starkey, el hijo de Ringo Starr, de The Who ha durado días. O incluso podría no haberse dado, según se interprete el comunicado de la banda en X (antes Twitter), en el que anuncia que Starkey vuelve (o sigue) en The Who, el grupo en al que se incorporó en 1996. El texto lleva la firma de Pete Townshend, el guitarrista del grupo y uno de sus fundadores sobrevivientes, lo cual es sintomático. Según trascendió cuando Starkey fue despedido, su desencuentro era con Roger Daltrey, la otra mitad de The Who, que le acusaba de ser “excesivo” en sus actuaciones. En cualquier caso, el “exceso” ha sido motivo de conflicto. En el mensaje en redes, Townshed afirma que “Roger [Daltrey] y yo le hemos pedido a Zak que ajuste su estilo de batería para adaptarse a nuestra formación sin orquesta, y él ha aceptado de buen grado”. Operaciones, retorno e improvisación Townshend revela además que no llegó preparado a los conciertos en el Royal Albert Hall donde surgió el conflicto. Cuatro semanas antes se había sometido a una cirugía de reemplazo de rodilla, y el tiempo no fue “suficiente” para recuperarse.”¿Por qué pensé alguna vez que podría seguir cayendo de rodillas? ¡Error!”, comentó, jocoso. Hasta hace años, uno de los gestos que definía a Townshend del escenario era saltar y caer de rodillas sobre las tablas. La poca preparación de los conciertos llevó a problemas de sonido y de retorno, explica el comunicado, en particular para un Daltrey que escuchaba la batería por encima del resto de los instrumentos. Pero el problema ya es parte del pasado: “Somos una familia, esto explotó muy rápido y recibió demasiado oxígeno. Ya está. Ahora seguimos adelante con optimismo y fuego en el alma”. Nota tomada de: La Vanguardia

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