En 2024, México atravesó una terrible sequía que afectó a aproximadamente el 76% del territorio nacional, en especial a los estados del norte. Durante esa época muchos medios y analistas comenzaron a preguntarse cuándo llegaría el día cero; es decir, el momento en el que el agua del país sería insuficiente para satisfacer las necesidades de la población.
Mario Hernández, del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue uno de los expertos en abordar dicho tema. No obstante, el especialista no se refirió a cuándo pasaría, sino a cómo ocurriría y cuáles serían las primeras zonas en quedarse sin el vital líquido en caso de que finalmente el país llegue a un punto de no retorno.
El día cero comenzará en el norte
Hernández explicó que el país se divide en tres regiones, cada una con sus propios problemas en la materia. En el sureste existe una gran disponibilidad de agua superficial que no se usa. Para el científico, esto se debe a que el número de habitantes es menor que en el centro, en donde además de poblaciones numerosas, existen industrias que consumen grandes cantidades de agua.
Finalmente, está la región noreste del país, que es más desértica y con menos lluvias, lo que obliga a usar el agua subterránea. Según explicó a Gaceta UNAM, es por estas características que las ciudades del norte del país serían la primera en alcanzar el día cero. De hecho, en 2023 la ciudad de Monterrey estuvo a punto de llegar a ese punto.
Recordó que en ese entonces la estrategia del gobierno contra la escasez fue recurrir a nuevos suministros en puntos más lejanos de la ciudad. Aunque esta medida sirvió para resolver el problema en aquella ocasión, para Hernández se trata de una alternativa que no es factible a largo plazo. «Son estrategias políticas de corto plazo«, dijo.

Un problema multifactorial
Según el científico, el país enfrenta dos retos principales en el tema del agua: uno tiene que ver con la disponibilidad y cantidad, es decir, con cómo se distribuye el líquido entre la población y los diferentes usos que se le da. Sabemos que no es la misma cantidad de agua la que se necesita para uso público urbano, en la agricultura y la ganadería o en la industria.
En cuanto a la calidad, dijo que se necesita contar con una infraestructura que garantice no solo el abastecimiento de agua, sino la calidad de la misma. Señaló que el agua potable debe cumplir con ciertas normas y criterios de contenidos máximos y mínimos. La NOM-127-SSA1-2021 explica más a detalle estas normativas, como que el agua para consumo humano no debe provenir de aguas residuales tratadas ni presentar propiedades contaminantes en concentraciones fuera de los límites permisibles.

El Niño y La Niña, dos fenómenos detrás de la sequía
Como explica Animal Político, un factor que agudizó la crisis hídrica de 2023-2024 fue El Niño, un fenómeno climático que se presenta cada dos a siete años, cuando las aguas del océano Pacífico se calientan por encima de la media. Entre sus efectos se encuentran el aumento de las temperaturas globales, sequías en algunas regiones y fuertes lluvias en otras. Además, puede acelerar deshielo de los casquetes polares y crear condiciones favorables para incendios forestales.
Su contraparte es La Niña, un fenómeno originado por el enfriamiento anormal de las aguas ecuatoriales del Pacífico Tropical. Sus consecuencias son opuestas a las de El Niño. Por ejemplo, las temperaturas son más cálidas durante el invierno en el Sudeste de América y más fías en el Noreste. En México, este fenómeno suele provocar lluvias excesivas en el centro y sur del país, sequías en el norte e inviernos con marcada ausencia de lluvias.
Nota tomada de: Xataka México